Vallmitjana Ricardo. En tren de conocer. El Ferrocarril a Nahuel Huapi. Ed. del autor. Archivo Histórico Regional. San Carlos de Bariloche. s/f. Publicación de la serie: "Historias de mi pueblo". 43 pág. Muy ilustrado. Nuevo.
Costumbres memoriosas
La casa de Ricardo Vallmitjana produce un efecto de cajas chinas, pero al revés: se golpea una puerta de madera chica, apenas más alta que una persona de estatura media, pasa por un cuarto intermedio con mesa y sillas y finalmente desemboca en un espacio que se abre hacia todas las dimensiones, con ventana generosa al Nahuel Huapi.
Allí trabaja desde hace años: investiga la historia de Bariloche y sus pobladores, escribe, completa su archivo fotográfico, mantiene profusa correspondencia. No tiene problema alguno en resumir la historia de Bariloche en una mañana. Cuenta que Bariloche se creó por decreto de Julio A. Roca el 3 de mayo de 1902, aunque para ese entonces la zona ya tenía población formada por aborígenes y por colonos españoles, chilenos, norteamericanos.
Uno de esos colonos chilenos, Carlos Wiederhld, de ascendencia alemana, se había instalado en la zona hacia 1895 y había organizado un buen sistema de comercialización de los productos de la zona, que cruzaban a Chile por el paso Pérez Rosales y luego iban a Alemania.
Su empresa se transformó con el tiempo en la célebre Compañía Comercial y Ganadera Chile-Argentina, con fuerte presencia de capitales alemanes. Y explica que por eso tantos alemanes se asentaron en la zona. En la época también llegaron varios suizos, principalmente desde Chile.
Más tarde, Vallmitjana habla de Primo Capraro, un inmigrante italiano que había venido a buscar un oro ilusorio y que finalmente recibió los activos de la Compañía cuando ésta cerró.
A partir de allí fue un pionero clave de Bariloche, historia en la que se puede seguir incursionando con una visita al Museo de la Patagonia, en el centro de la ciudad.
Luego llega a 1903, cuando el Perito Moreno dona parte de sus tierras para la creación de un parque nacional, y de ahí pasa a un personaje más que interesante, Bailey Willies, un geólogo norteamericano contratado por Exequiel Ramos Mejía para desarrollar la colonia de Bariloche y darle una importante proyección nacional.
Mientras Vallmitjana cuenta cómo es que los brillantes proyectos de Willies finalmente quedaron truncos por falta de apoyo nacional, saca de una tentadora biblioteca Northern Patagonia, su propuesta en un libro publicado en 1914 por el Ministerio de Obras Públicas de la Argentina.
Cuando la mañana va terminando, Vallmitjana relata cómo en la década del treinta Exequiel Bustillo se basó en muchos de los estudios hechos por Willies para desarrollarlos en el nivel turístico, fundamentalmente. Y cómo fue que Bariloche pasó de ser una colonia agrícola a ciudad centrada en el turismo. En: http://www8.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=206509
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