Rojas Paz, Pablo - "Cada cual y su mundo: ensayos biográficos" - Editorial Poseidón, Buenos Aires, 1944. Rústica con solapas. Buen Estado. 241pp. Colección ensayos. Ensayos biógraficos sobre Mallarmé, Laforgue, Un poeta, Dickens, Neruda, Vallejo, Payró, Bascan, Zola, Carmen Sylva, Nerval, Hudson, Gervasio Méndez y Cézanne. "Dilthey había proyectado una Crítica de la Razón Histórica para avizorar todo cuanto hubiera quedado fuera del cono de la visión kantiana. El hombre es, ante todo, un ser histórico; todo lo que es general es naturaleza; todo lo que es individual es historia. La naturaleza tiene ciencia; pero la humanidad tiene historia. Los racionalistas no entendieron nunca de las experiencias del corazón y de los sentimientos. Esas experiencias forman la vida — que diría Rilke. Cada ser vive su vida de acuerdo a su tiempo; es decir que las palabras ser y tiempo son inseparables. Yo he tratado en cada caso, estudiar para cada ser su tiempo en su mundo. Cada ser en el tiempo de su mundo, ésa es la premisa. Como la lengua de fuego sobre la cabeza de los apóstoles, hay un espíritu que flota por encima de los seres. Pero, a veces ese espíritu prende en lo contingencial de un ser. Y entonces el espíritu se vuelve tiempo, que es tragedia, drama, creación, amor, sentimientos. Es el mundo de un ser que es el fruto del tiempo. Y de todo esto no pudo hablar Kant ni en la "Crítica del Juicio" ni en la "Crítica de la Razón Pura". Y así en mi libro, Mallarmé vive su inteligencia; Laforgue su mal; Vallejo su raza; Payró su país; Hudson su recuerdo; Gervasio Méndez, su dolor. Por eso importa más el mundo de un ser que el ser mismo. Fuerzas endógenas y exógenas intervienen para organizar su tectónica. Hay, pues, una geografía espiritual; pero hay que saber estudiarla y describir en total, desde su estratosfera hasta su nife. Este es el sentido de mis biografías breves. Ya no interesa la vida de una persona vista a través del ojo de la cerradura. Interesa el ancho cielo con la invisible bandera de un destino, con la dorada torre de un templo de je allá lejos. No es posible mayor explicación acerca de lo que yo quise hacer. Como ese niño a quien le preguntaron qué era el cielo y lo mostraba abriendo una ventana, yo abro una ventana hacia el mundo de cada cual. El mundo se ha refugiado en la razón para entender el mundo pero no para entenderse a sí mismo. Hay móviles espirituales superiores a la razón.