"Cuando contacté a Armando M. Ordoñez, en cierta ocasión me dijo que estaba atendiendo 'el boliche', después le pregunté y se trataba de un estudio de diseño de su hijo, pero para mí fue una revelación, esa idea me quedó dando vueltas en la cabeza.

"Me imaginé que estaba en un viejo 'boliche', un almacén de ramos generales de la patagonia y lo imaginé sobre esa hermosa avenida de acceso a la localidad, en una construcción de chapas de las que todavía se conservan (y que Ordoñez define como características de la Patagonia, 'chatas, tipo inglesas o malvinenses') escuchando a sus parroquianos y desde allí saliendo a recrear viejas historias en el reino del viento.

"Esta obra, cargada de fotografías, recuerdos, hermosas anécdotas, es en realidad un viaje al pasado de Puerto San Julián, en realidad pienso que no me había equivocado; no importa en que se ocupe don Armando, para mí, seguirá siendo un bolichero, cazador de hermosas historias del lugar."

"La Patagonia es un lugar de ensueño, Puerto San Julián es parte de esa Patagonia de ensoñación y Armando Manuel Ordoñez es un maestro a la hora de mostrarnos esos remotos y hermosos lugares." Luis María Líbera Gill